lunes, 29 de diciembre de 2008

Sal de mesa: Puro veneno


Sin sal no puede haber vida y, sin embargo, los médicos nos advierten que su consumo elevado es perjudicial para la salud. ¿Cómo se explica esta paradoja? Porque la llamada sal de mesa tiene muy poco que ver con la sal cristalina natural. La "sal de mesa" es cloruro sódico a la que en algunos casos se añade yodo y flúor y, por tanto, no es el tipo de sal que necesita el cuerpo. La sal cristalina natural no está integrada por los tres o cuatro elementos de la sal de mesa que hoy utilizamos sino por los 84 que componen nuestro cuerpo y en la proporción exacta.

¿Cómo se explica que la sal sea hoy considerada la causa de tan diversas patologías que se la denomina junto al azúcar refinado, los "venenos blancos"?
La sal de mesa actual no tiene nada que ver con la sal que se consumía en la alimentación hace sólo siglo y medio. Lo que consumimos hoy con el nombre de sal de mesa es cloruro sódico al que a veces se le añade yodo y/o flúor. La sal cristalina natural, sin embargo, tanto la que procede del mar como de las montañas, contiene los 84 elementos que compone el cuerpo humano... en su proporción exacta. Abismal diferencia. Es más, la composición de la sangre que fluye por nuestras venas, arterias y capilares es prácticamente idéntica al agua salina del "mar primario", es decir, una solución con la misma concentración de elementos que tenía el mar hace millones de años.

PRODUCTO DE LA IGNORANCIA
¿Y por qué la industria decidió un día convertir la sal cristalina natural en simple cloruro sódico? Pues porque al analizar su contenido los científicos de la época afirmaron que los demás elementos que contenía -minerales esenciales y otros oligoelementos- eran "impurezas" innecesarias. Y como bastaba el cloruro sódico para salar los alimentos, se decidió que era mejor eliminar todo lo demás. Y de un alimento que era "oro puro" porque proporcionaba al ser humano todos los elementos necesarios para su subsistencia en la proporción exacta que el organismo necesita, se pasó a consumir un producto que es "veneno puro", como muy bien saben los investigadores y los médicos, especialmente nutrólogos y cardiólogos.
Y lo lamentable es que a la toxicidad del cloruro sódico hay que añadir la del yodo y el flúor, minerales que hoy se agregan artificialmente a la sal. El yodo -tóxico para el organismo en cuanto se sobrepasa el mínimo necesario- se añade porque se supone que mejora la función de la tiroides y el flúor -uno de los elementos más radioactivos que existen- porque es "bueno" para los dientes. Un sarcasmo. Sin olvidar que la sal de mesa contiene conservantes cuya declaración en los envases no es obligatoria (el carbonato de calcio, el carbonato de magnesio y los denominados E-535, E-536, E-540, E-550, E-551, E-552, E-553b, E-570 y E-572 así como el hidróxido de aluminio) para evitar que la sal se apelmace. Y, por cierto, ya que se menciona conviene recordar que el aluminio es un metal tóxico que cuando se consume en exceso se deposita en el sistema nervioso y en el cerebro. De hecho, muchos investigadores independientes a los que no se escucha vienen denunciando que podría estar detrás del cada vez más alto nivel de enfermos de Alzheimer en Occidente. A pesar de lo cual, el aluminio se sigue utilizando en la mayor parte de los envases metálicos en los que se hoy comercializan sodas, colas, refrescos y cervezas. ¿Por qué se silencia esto?

LA SAL DE MESA ES TÓXICA
En definitiva, el cloruro sódico, componente básico de la sal refinada de mesa que la mayor parte de la gente consume, es una sustancia tóxica que sobrecarga el organismo, por lo que éste se apresta a eliminarlo lo antes posible. Y quizás esté usted pensando ahora mismo que no es su caso porque no le echa sal a la ensalada, al pescado o al filete, pero, ¿se ha parado a pensar que la inmensa mayoría de los productos preparados llevan sal como conservante? Pues sepa que trata de un problema grave porque al ser humano le bastan 0,2 gramos al día para tener cubiertas sus necesidades de sal y en Occidente el consumo medio diario por persona está entre 12 y 20 gramos (la ingesta de 40 gramos de golpe puede hasta provocar la muerte). Añádase a ello el hecho de que nuestro cuerpo sólo tiene capacidad para eliminar entre 5 y 7 gramos diarios de cloruro sódico (depende de la edad, constitución y sexo) y a nadie le extrañará que los órganos de eliminación de quien consume habitualmente sal de mesa estén constantemente sobrecargados.
Obviamente, el sodio es un mineral vital para nosotros. Sin él no es posible la vida ya que está en el líquido que baña las células. Lo que sucede es que su equilibrio con el potasio es fundamental y si se rompe puede dar lugar a numerosas patologías, incluidas las cardiovasculares, las renales, las hepáticas y, por supuesto, la hipertensión. Y la única manera de controlar ese equilibrio con seguridad es restringiendo o eliminando el consumo de la sal de mesa.
Como es lógico, nuestro organismo intenta protegerse de esa sobrecarga. ¿Y cómo? Hidratándose. El problema es que para ello el cuerpo necesita 23 gramos de "agua" por cada gramo de cloruro sódico que no es capaz de expulsar... pero de "agua celular". Es decir, el cuerpo se ve obligado a sacrificar el agua de las células a fin de evitar el efecto negativo del cloruro sódico. Y eso hace que mueran millones de células deshidratadas con lo que, además, se forma tejido muerto que también hay que eliminar. Por eso el consumo excesivo de "sal de mesa" provoca la formación de edemas y tejido acuoso con exceso de ácido; así pues, también el exceso de sal de mesa es causa de la celulitis (lo que explica por qué la padecen personas que no comiendo apenas grasas sufren ese problema o están obesas).
Pero aún hay más: cuando el consumo es excesivo llega un momento en el que el cuerpo ya no puede dedicar a esa labor de desintoxicación más agua celular y utiliza otra vía para resolver el problema: la cristalización en huesos y articulaciones. Para ello, los aminoácidos de origen animal se unen con el cloruro sódico y se depositan en forma de cristales de ácido úrico dando lugar a la formación de piedras renales y de vesícula así como a la artritis, la artrosis y las enfermedades reumáticas.

LA SAL ES IMPRESCINDIBLE PARA LA VIDA
Llegados este punto hay que dejar bien claro que la sal natural no sólo no es negativa sino absolutamente imprescindible para la vida. Todo lo que hemos explicado hasta ahora se refiere a la sal de mesa refinada que nos han acostumbrado a consumir y se comercializa masivamente. Una "sal" que sólo contiene cloro y sodio además de yodo y flúor. Minerales que no están además en la proporción natural que deberían hallarse y cuyas frecuencias tampoco son las correctas, ya que sus estructuras han sido alteradas en el proceso de manipulación industrial.
Es más, resulta que la mayor parte de la gente tiene carencia de auténtica sal, incluso las que están sobrecargadas de cloruro sódico. De esa sal que contiene los 84 elementos que componen nuestro organismo en una proporción concreta y cuyas frecuencias no han sido alteradas porque pertenecen a la estructura geométrica natural de la sal sin manipular que, por otra parte, es lo que permite que consigamos de ella energía vital.

EL ORIGEN DE LA SAL
Como el lector sabe, la sal se puede obtener del mar o de las minas de sal terrestres. El problema es que hoy los mares y océanos tienen un alto nivel de contaminación, especialmente a causa de los hidrocarburos del petróleo y de la acumulación de metales pesados como el mercurio, el plomo, el cadmio y el arsénico, entre otros. Tóxicos que hacen que la sal marina, aún siendo mucho mejor que la sal refinada de mesa, no tenga ya el mismo efecto positivo que tenía antaño. De hecho, la única sal pura y completa de la Tierra se encuentra hoy únicamente en los lugares donde hace millones de años se secaron los mares primarios: las minas terrestres. En ellas está la única sal que contiene todos los elementos que se encuentran en nuestro cuerpo y, que debidamente mezclada con agua, nos ofrece toda su energía almacenada junto con su contenido en biofotones. Sólo que también en ella hay dos tipos de sal: la que compone el 95% de la mina y que no es sino "sal gema" y otra que se encuentra en forma de vetas y que tiene forma cristalina: la "sal de cristal de roca". Ambas son naturales, contienen los 84 elementos ya mencionados y, por tanto, son de mucho mayor valor que la sal de mesa industrial. Ahora bien, hay una diferencia básica entre ambas: la presión a la que han estado sometidas. Los elementos contenidos en la sal gema no han recibido la suficiente presión y, por tanto, no se encuentran en estado coloidal, y su aprovechamiento es mucho menor que el de la sal de cristal que sí ha estado expuesta a enormes presiones durante millones de años. Obviamente, cuanto más elevada haya sido la presión más completa será la estructura cristalina generada. Por tanto, el cristal de roca tiene una geometría y una composición orgánica perfecta pero la sal gema no.
Actualmente ha empezado a comercializarse sal de cristal procedente de minas del Himalaya. Una buena noticia porque, según los expertos, su consumo regular puede aliviar -cuando no curar- numerosas enfermedades.
Para ello basta tomar en ayunas cada mañana una pequeña cucharada de la solución salina mezclada con agua mineral. Teniendo en cuenta que lo importante no es tanto la cantidad como la periodicidad de la ingesta. Desde el punto de vista bioquímico, estimula en pocos minutos la actividad gastrointestinal (peristáltica) y esa activación, a su vez, estimula el metabolismo y la digestión. Además, reestablece el equilibrio electrolítico mejorando la conductividad en nuestro cuerpo con la consiguiente mejora de la circulación.
Es más, como la solución salina es un medio excelente para conseguir el equilibrio entre lo ácido y lo alcalino se puede con su ingesta eliminar metales pesados como el mercurio, el plomo, el arsénico, la amalgama y los depósitos calcáreos ya que la sal cristalina es capaz de romper uniones moleculares.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Porque se le agrega flour y yodo?

Anónimo dijo...

Ni has leído el texto. Dice literalmente:

"El yodo -tóxico para el organismo en cuanto se sobrepasa el mínimo necesario- se añade porque se supone que mejora la función de la tiroides y el flúor -uno de los elementos más radioactivos que existen- porque es "bueno" para los dientes".

Anónimo dijo...

El Flour es VENENO PURO, de hecho para ratas!! Se añadio al agua en EU y en muchos paises, en Mexico y en otros en la sal de mesa. Esto fue completamente intencional y deliberado para reducir la poblacion mundial, lo estan haciendo de diferentes maneras, con el aire (chemtrails) y la comida envenenada (GMO's). El Flour ni siquiera es bueno para los dientes en las cantidades que se admisitra, ya que los destruye, al igual que a tu cererbo.. Nos estan envenenando lentamente desde hace años. Haz tu investigacion e informate. Desraciadamente no hay conciencia de esto en Mexico, ni informacion disponile en la red de este crimen nacional, pero en referente al envenenamiento en EU hay vasta informacion y una revolucion detras. No lo creas de mi, solo INFORMAtE tu mismo!! Es un genocidio global. Ojala y hubiera algo de informacion para los mexicanos y su sal envenenada pero no la hay aun. Podriamos por lo menos salvar a nuestros hijos de los diaolicos banqueros que nos quieren exterminar en un 90 por ciento. Velo tu mismo.. Avisale al mundo de esto.

El Emmeh dijo...

Porqe la sal de mesa tiene frágiles los cristales ?.¿alguien me lo podria decir ?.