sábado, 7 de marzo de 2009

Las multinacionales en los centros educativos


Aunque la estrategia no es nueva, se hace cada vez más notoria la invasión de las marcas privadas en espacios esencialmente públicos, como son las escuelas estatales. La tendencia a la financiación privada, ante un Estado que deserta de algunas de sus más elementales funciones, se acentúa de la mano de los recortes presupuestarios que poco a poco se van llegando a cabo en numerosos lugares.

Esa desatención se manifiesta en distintos aspectos que van desde la capacitación de los alumnos hasta el deterioro de los edificios, incluyendo la provisión de elementos básicos para el desarrollo de actividades. Por otro lado, los países están en mayor o menor escala impregnados del discurso hegemónico actual, el que se encuentra liderado por los Estados Unidos, haciendo de espejo de las acciones implementadas en el Gran Hermano.

¿Qué sucede con la educación en los Estados Unidos?.
Fuera del ámbito de la educación privada, donde paga el que puede, me referiré a la parte pública: hay escuelas que deben hacer malabares para que cierre su presupuesto mercantilizando actividades (máquinas expendedoras, fotocopiadoras, servicio de comidas, etc.) a cambio de dinero, contratos exclusivos, indumentaria deportiva y patrocinios; aquellas instituciones que no logran esos ingresos extras disminuyen su oferta educativa y su matrícula decrece. Así de sencillo. Así de grave.
Pero los patrocinantes no entraron así porque sí en las escuelas: tuvieron que existir condiciones para esa situación. El proceso de transformar la cultura en poco más que una colección de extensiones de las marcas no hubiera sido posible sin las políticas de privatización de las últimas décadas (encaradas en Canadá, EE.UU. y Gran Bretaña). A medida que el gasto público se reducía, las escuelas, los museos y las emisoras de radio (estatales) trataban desesperadamente de equilibrar sus presupuestos y, en consecuencia, se sentían dispuestas a asociarse con las empresas privadas.

Escuelas, consumo y ambiente

En las escuelas, los niños y jóvenes reciben una parte de su formación para la vida, transcurren mucho tiempo dentro de ella y le dedican un gran número de horas. De lo que se diga o se haga en el ámbito escolar se podrá obtener una cierta forma de comportamiento o de ser; y si esa educación promueve un consumo irresponsable y atentatorio contra la salud y el planeta o nos hace creer que sin un patrocinio no podríamos estar realizando una actividad, estamos en un serio problema hacia el futuro de nuestra sociedad y nuestro ambiente.

Como ejemplo en el tema de la alimentación, veamos la venta de golosinas, con la que se obtienen beneficios a costa de los dientes y la salud de los niños; y la proliferación de máquinas expendedoras de alimentos muy grasos, azucarados, salados, gaseosas... que provocan pérdida del apetito al mediodía y la consiguiente desregulación horaria, perjudiciales aportes alimentícios... (Ni hablar de las generosas puertas abiertas a los supuestos concursos de dibujos auspiciados por conocidas compañías con un eslógan que los chicos repiten y fijan para consumir y consumir).

Y es que cuando los patrocinantes se encargan de compensar carencias, traen consigo sus propios programas educativos. Como sucede con todos los proyectos de las marcas, no les basta con poner unos cuantos logos en los colegios. Después de introducirse en ellos, anonadan a sus anfitriones y se erigen en el centro de atención. Se esfuerzan para que sus marcas no sean un agregado educativo sino el tema y no ya algo opcional, sino obligatorio.

Ejemplo 1:
Los estudiantes suelen descubrir que las marcas libran batallas hasta en las máquinas expendedoras de bebidas en las escuelas. En Canadá y en los EE.UU. muchos consejos escolares han otorgado derechos exclusivos de venta a Pepsi-Cola Company a cambio de sumas no reveladas de dinero. Las condiciones que impone Pepsi varían de una zona a otra. En Toronto, la empresa ha adquirido el derecho a abastecer las máquinas de las 560 escuelas públicas e impedir la venta de Coca Cola y de otros competidores, así como a otorgar los "Premios Pepsi al mérito" y distribuir artículos que llevan su logo. En comunidades como Cayuga, un pueblo de Ontario que vive del cultivo del tabaco, compra el derecho a colocar su marca en escuelas enteras. En el cartel gigante que se alza junto a la carretera se lee "Pepsi, Bebida Oficial del Colegio Secundario de Cayuga".

Ejemplo 2:
En el colegio secundario de South Fork, en Florida, EE.UU., el acuerdo es claro y duro: contiene una cláusula que obliga al centro a "desplegar todos los esfuerzos necesarios para favorecer las actividades de venta de los productos de Pepsi-Cola".

Ejemplo 3:
En 1998, Coca Cola organizó un concurso entre varias escuelas que debían proponer estrategias para distribuir cupones de la bebida entre los alumnos. El colegio que propusiera la mejor, ganaría 500 dólares. El colegio secundario Greenbriar, de Evans, Georgia, EE.UU., se tomó el certamen muy en serio y organizó el Día oficial de la Coca Cola a finales de marzo, durante el cual todos los alumnos debían acudir a clases con camisetas de Coca Cola, se hacían una fotografía en una formación que dibujaba la palabra Coca Cola, asistían a conferencias ofrecidas por ejecutivos de Coca Cola y durante sus clases aprendían sobre todo lo existente y que fuera negro y con burbujas. Aquello parecía el paraíso de la marca, hasta que la directora advirtió que un tal Mike Cameron, de diecinueve años, llevaba puesta una camiseta con el logo de Pepsi en un censurable acto de provocación. Fue suspendido de inmediato por semejante delito. "Sé que puede parecer mal: Un escolar es castigado por llevar camiseta de Pepsi en el Día de la Coca Cola", explicó la directora Gloria Hamilton. "Hubiera resultado aceptable de estar sólo entre nosotros, pero se hallaba presente el presidente regional de Coca Cola y algunas personas habían venido en avión desde Atlanta para hacernos el honor de hablar en nombre de nuestros promotores. Los estudiantes sabían que teníamos invitados".

Ejemplo 4:
Durante el período académico 1997/98, los estudiantes de primaria de más de ochocientas aulas de EE.UU. descubrieron que la tarea del día consistía en confeccionar una zapatilla Nike con logo y recomendación de una estrella de la NBA incluida. Calificado como un "uso vil del tiempo de clase" por la Asociación Nacional de Educación y como una "deformación de la educación" por la Unión de Consumidores, el ejercicio de hacer una Nike propia se propone crear conciencia sobre el respeto al medio ambiente que informa el proceso de producción de la compañía.

Ejemplo 5:
En marzo de 1999 estalló un escándalo a raíz de un popular texto escolar que se usa en las escuelas públicas estadounidenses. El texto de matemáticas de sexto grado estaba lleno de menciones y de fotografías de conocidos artículos comerciales: de zapatillas deportivas Nike y de productos de McDonald´s y de Gatorade. En cierto punto, se enseñaba a los alumnos a calcular los diámetros con una golosina Oreo. Como era de esperar, los padres se pusieron furiosos contra este nuevo hito de la comercialización de la educación; parecía un libro pagado por las empresas.


Y así un gran número de casos que nos demuestra que el control educativo está, en gran parte, subordinado a los intereses privados.
El conocimiento, aprendizaje... la educación, es necesaria en una sociedad, y crea una base sólida en los seres humanos que condiciona su comportamiento, ideas...y todo su ser. Las empresas lo saben, y controlando los centros de enseñanza, saben que pueden influir eficientemente en sus beneficios económicos, siempre a costa de una educación menos científica, crítica y racional, siempre a costa de la salud física y mental, global e individual.

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